lunes, 12 de enero de 2009

SIERRA DE LA MOSCA


Está formada por un grupo de pequeñas sierras con dirección SE-NW que se encuentran en los alrededores de la ciudad de Cáceres. De forma oval (15 Km. De eje mayor y 7,5 Km. en el menor), destaca como una pequeña elevación sobre la amplia penillanura cacereña.
La presencia de estas sierras se debe a la existencia del denominado “Sinclinal de Cáceres”, una estructura geológica constituida por dos bandas rocosas de cuarcita, muy duras y resistentes a la erosión, que sobresalen sobre los terrenos pizarrosos circundantes. Entre las franjas cuarcíticas existen vallonadas con pequeños arroyos, destacando el valle de Valdeflores por su valor ambiental.


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El conjunto del sinclinal presenta una morfología en “doble casco de barco” del que emergen, de manera intermitente, las dos bandas cuarcíticas mencionadas. Las alineaciones exteriores están formadas por cuarcitas de edad ordovícica que originan los puntos más elevados: Risco de Sierra de Fuentes (664 metros sobre el nivel del mar), Cerro del Milano (644 m.), Segundas Rocas, Señorina (579 m.), Arropé (583) o Romanos (523 m.). Las alineaciones interiores son de edad silúrica, algo menos consistentes que las anteriores, y generan elevaciones más modestas: la Montaña (624 m.), Portanchito (640 m.), la Sierrilla (521 m.)… En el núcleo del sinclinal se encuentran las calizas de edad carbonífera que, en algunos puntos, dan lugar a cerros mucho más modestos y de perfil muy suave como la Alberca (535 m.) y Cabezarrubia o los Pinos (516 m.).
La vegetación, muy afectada por la actividad agro-ganadera, deforestaciones e incendios, está representada casi exclusivamente por el bosque mediterráneo esclerófilo, cuyos componentes presentan una serie de adaptaciones a la fuerte sequía estival. Quedan bosques muy aclarados (encinas, alcornoques y olivos), con gran proliferación de arbustos (madroños, labiérnagos, majuelos, escaramujos, cornicabras, coscoja,…) y matorrales (jaras, brezos, escobas, aulagas, torviscos, romeros, cantuesos,…) adaptados a la insolación. Además existen árboles introducidos y cultivados como piños piñoneros y negral, eucaliptos, castaños y almendros.
Por tratarse de una zona próxima a la ciudad, se encuentra muy alterada y deteriorada por las construcciones y edificaciones mal planificadas, así como por vertidos incontrolados de basuras, deforestaciones e incendios. A esto se añade la presencia de canteras para la extracción de áridos con un considerable impacto ambiental sobre el paisaje y la vegetación.
La Sierra de la Mosca y su entorno constituyen una zona de gran valor ambiental. Por ello, se deberían controlar rigurosamente todas las actuaciones y planificar adecuadamente las urbanizaciones, a la vez que se realicen actividades encaminadas a la recuperación y conservación y mejora de este enclave.


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